Infidelidad

Encontrado en blackswandive.tumblr.com

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Jot Down es una de nuestras publicaciones favoritas. Sin duda, un buen lugar donde encontrar artículos interesantes, bien escritos y con sustancia. Hoy queremos compartir con nuestras queridas lectoras un artículo de Juan Abreu sobre la infidelidad. Tema espinoso, sin duda, y que siempre genera opiniones de lo más diversas. En su artículo, Abreu plantea una cuestión controvertid: la infidelidad puede no tener nada que ver con el sexo. ¿Qué? ¿Cómo? Os invitamos a leer su artículo y a dejar vuestras opiniones en los comentarios. ¡Aquí hay tema!

Venimos arrastrando lo de la infidelidad desde hace mucho tiempo y creo que es hora de aclarar un poco las cosas. Y esto es lo que me interesa aclarar: la infidelidad nada tiene que ver con el sexo. Con el sexo, nada. Lo sé, lo sé, parece que es con lo único que tiene que ver, pero no.

No.

Cuesta trabajo verlo, claro, por la cantidad de literatura que se ha hecho con la infidelidad. Toneladas de literatura. Desde hace miles de años. Mi adorada Ilíada, por no ir más lejos. La cosa está tan enmarañada que, si buscas sinónimos a “infidelidad”, lo primero que te sale es “adulterio”, y después “amancebamiento” y “promiscuidad”. Y por el estilo.

Pero lo cierto es que no, nada que ver con el sexo.

La infidelidad tiene que ver con el amor (cualquier cosa que sea el amor), estoy dispuesto a conceder eso, tiene que ver con la confianza, con la fe, con la amistad, si es que la amistad, así, como un todo, existe, porque tengo un amigo muy inteligente que piensa que no, que solo existen “momentos de amistad”; y es muy posible que tenga razón.

Amor, Fe, Confianza, Amistad, bien; pero nada que ver con el sexo.

Hay pactos, eso sí. Y cada pareja define sus contornos. La pareja establece, mediante acuerdos, civilizadamente, las dimensiones y la riqueza de la vida sexual en común. Muy bien. La pareja acuerda, por ejemplo, si admite a otros u otras, o no, en su vida sexual. Queda en manos de la pareja determinarlo. La infidelidad tiene que ver con el cumplimiento de esos acuerdos, no con el sexo en sí.

Encontrado en thepassionatewife.com

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Si has acordado con ella (o con él) no follar con otros, y lo violas, eres infiel a ese acuerdo. Nada más. La pareja no viene con un certificado de exclusividad sexual. Ahí es donde veo el problema y la confusión de las mayorías que relacionan sexo y fidelidad. Porque se asume automáticamente que la pareja significa exclusividad sexual. Y no es así. Lo de la exclusividad sexual es un acuerdo que debe tomar la pareja, pero existen muchas opciones, y esas opciones no tienen necesariamente que afectar el amor ni la fidelidad de los miembros de la pareja.

Puedes amar a una persona (es decir, pensar que el mundo comienza y termina en esa persona, y que la existencia sin ella no tiene sentido) y follar con otra sin que esa actividad sexual placentera afecte tu sentimiento amoroso. ¡Y sin que afecte la fidelidad a tu pareja!

Cuando alguien dice que la infidelidad tiene que ver con el sexo, lo que está diciendo, fundamentalmente, es que la infidelidad tiene que ver con la posesión, y eso es algo que no acepto y que creo que ningún ser humano más o menos civilizado debería aceptar.

¡Soy tuyo, soy tuya! No es verdad.

Encontrado en nydailynews.com

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El cuerpo de nuestra mujer o nuestro marido o nuestro amante no es nuestro. Es suyo, exclusivamente. Y lo comparte con uno por amor, por atracción física (cuestiones químicas que aún no comprendemos bien), por diversión, por curiosidad, por aburrimiento, por entretenerse, porque opina que el sexo es desestresante (cosa con la que concuerdo); por cualquiera de los muchos motivos por los que la gente comparte el cuerpo y su intimidad con otro cuerpo y otra intimidad.

Pero nunca debe asumirse que lo comparte porque uno tiene no sé qué tipo de derecho sobre su cuerpo, sobre el uso sexual de su cuerpo. Derechos exclusivos. Porque, en fin, es de nuestra propiedad. Eso puede resultar peligroso. Y digo peligroso porque con frecuencia sucede que los que piensan que son dueños del cuerpo del otro, llegan a la conclusión de que, como es suyo, puede golpearlo, lastimarlo, e incluso matarlo si le es “infiel”.

Ya puedo ver al mono reclamando su territorio y dándose trompadas en el pecho; en fin, conocemos la ceremonia. ¡Mía, mía!

¿Quiere decir esto que cada miembro de una pareja del tipo que sea hará lo que quiera, sexualmente hablando, y la otra tendrá que aguantarse? Es obvio que no. La relación de pareja es un acuerdo y ese acuerdo, como todo acuerdo, puede incluir renuncias y cesión de territorios. Pero eso no quiere decir de ninguna manera que tenemos autoridad sobre el cuerpo de nuestra pareja, ni que dejamos de sentir deseos de otros cuerpos, que es lo más natural del mundo. Si alguno de los implicados viola las reglas establecidas libremente y por acuerdo mutuo, sin duda habrá incurrido en una violación de la confianza, es decir, en una infidelidad. Pero nada tendrá que ver con el sexo, ¡ni con “la moral”!; tendrá que ver exclusivamente con los acuerdos establecidos. Follarte a otro u otra no te hace infiel. Te hace infiel traicionar las reglas establecidas de común acuerdo con aquel o aquella con quien compartes la vida.

Esto, evidentemente, tiene que ver con el respeto a las normas acordadas, pero en ningún caso es un asunto sexual.

Yo creo que lo mejor para una pareja es compartirlo todo. Si ella tiene ganas de follar con un chino o con un alemán, si él desea follarse una negra o un travesti, eso también es parte de la vida sexual ¡de ambos!; algo que deben compartir y hagan lo que hagan siempre será de común acuerdo y en beneficio de la relación.

Es hora de desasociar el sexo de la infidelidad. Y dejar muy claro que la infidelidad no tiene nada que ver con el sexo. El sexo es, por naturaleza, fiel. Fiel al placer, que es a lo único que el sexo debe ser fiel.

Una respuesta a “Infidelidad

  1. Reblogueó esto en InteliSexy comentado:
    Tiene mucho sentido este artículo. Es más, encuentro la justificación de aquello que descubrí hace mucho tiempo pero que no podía plantear en palabras y ser lo más certero posible. Considero que los temas de lealtad y fidelidad, están mal entendidos partiendo del desconocimiento real de dichos conceptos y que se manejan llenos de prejuicios y en completa ignorancia. Desde mi punto de vista, aunque la fidelidad y el sexo colindan tan cercanamente y por momentos tienen zonas de intersección, en definitiva, son dos mundos aparte y diferentes. Excelente nota. Gracias.

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